Un buen anclaje de las carpas es imprescindible para que quede protegida contra el viento y resulta importante que sea específico para el tipo de suelo. Ya sean carpas temporales como las permanentes, ambas deben comportarse de la misma manera contra el viento.

Carpas temporales

Para elegir el método de anclaje adecuado para una carpa temporal, como puede ser la carpa de un festival, carpa de una feria o carpa para un evento, lo mejor es realizar pruebas de tracción. Lo principal en estas pruebas es determinar las fuerzas ascendentes que ejerce el viento sobre la carpa. Se recomienda llevarlas a cabo para comprobar si el número y el tipo de piquetas son los correctos. La prueba consiste en levantar una plataforma con una carretilla elevadora. La fuerza con que se suelta la plataforma se mide con un dinamómetro. De esta manera, la fuerza de extracción deberá ser mayor que la fuerza máxima del viento. 

Carpas (semi)permanentes

Para estas instalaciones, los requisitos de resistencia al viento son generalmente más estrictos. Por eso necesitan un anclaje distinto que las carpas temporales. Suele ser una base de hormigón que se extiende debajo de las plataformas o bien bajo toda la superficie de la estructura. También podemos calcular las fuerzas de reacción de la estructura con esa mayor exposición al viento. Eso, junto con los resultados de un sondeo del terreno efectuado por una empresa especializada, permite determinar cuál es la cimentación correcta para una estructura o ubicación específica.

Tipos de anclajes

En función del terreno existen varias opciones de anclajes para carpas. Para suelos de tierra, el anclaje habitual se realiza con piquetas de acero. Cuando no es posible perforar agujeros al suelo porque esté pavimentado, utilizamos lastres mediante bloques de hormigón. Dependiendo del tamaño de la carpa, se aplicará el correspondiente el peso que deben tener los bloques. En caso de que el suelo sea de hormigón armado, utilizaremos tacos expansivos o tacos químicos para una mejor sujección.